
En los diarios, Hussey explicaba las mil aventuras vividas de forma minuciosa y no se olvidó de plasmar cuáles fueron las últimas palabras de su compañero, así como porqué nunca las había querido revelar. El motivo que esgrimía el cocinero era que estas palabras estaban relacionadas con desastres naturales de dimensiones dantescas, según le había contado el propio Shackleton. Y es que poco después de la muerte de éste y de escuchar sus enigmáticas palabras finales, la embarcación se vio envuelta en la tormenta más grande que jamás vivió en alta mar, hasta el punto que todos los tripulantes estuvieron a punto de perecer. Milagrosamente todos sobrevivieron, pero el susto fue tremendo. Temeroso del poder de estas palabras, ya fuera la leyenda verdadera o falsa, Hussey decidió entonces no decirlas nunca a nadie por mucho que le insistieran.
Hussey cumplió su promesa y nunca las reveló. Sólo se sinceró ante su diario personal, confiando en que nadie descubriría nunca estos textos. Según dejó escrito en el diario, las últimas palabras de Shackleton fueron: "Cuidado con Espriplopio".
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